Archivo del sitio
La asertividad en oposición a la agresividad
La asertividad no es lo que haces, es lo que eres. (Cal Le Lun)
¿Cuántos de nosotros sabemos lo que significa ser asertivo y cuántos de nosotros sabemos el significado de ser agresivo?
Resulta interesante y nos invita a la reflexión pensar que la mayoría de la gente puede identificar plenamente el significado de la palabra agresivo, pero sólo unos cuantos pueden entender lo que implica ser asertivo. Parece ser que la sociedad moderna le otorga un valor relevante a la agresividad y nos persuade de considerarla como una actitud importante y deseable dentro de nuestra estructura de paradigmas y a emplearla de forma indiscriminada para abrirnos camino en la consecución de nuestros objetivos.
¡Sé más agresivo! Es una recomendación que probablemente todos hayamos recibido y sin embargo, en pocas ocasiones se nos solicita ser más asertivos.
Esta situación parece cobrar más sentido cuando identificamos que la agresividad ha sido vista y empleada como un mecanismo efectivo de coerción y control que parece ser imprescindible en una sociedad en donde la paciencia y la tolerancia han cedido terreno ante la urgencia y la constante búsqueda de la eficiencia. La agresividad aparenta ser útil en primera instancia, pero su uso y sobretodo su abuso tiende a crear mucha presión y estrés en los ambientes en donde se aplica, ya sea el social, el familiar o el laboral. Las relaciones interpersonales se desgastan y la interacción personal se limita a un juego de “hoy me la haces, pero mañana me la pagas.” La agresividad es entonces una actitud que convoca a la ira, a la desconfianza y al miedo. Mediante el uso de la agresividad no hacemos más que atraer a nuestra realidad más situaciones con esta misma naturaleza. Estos eventos tenderán a hundirnos en un ciclo interminable de fracasos en nuestras relaciones interpersonales y terminarán por aislarnos y por victimarnos. En otras palabras, la agresividad es un sentimiento negativo que por la ley de atracción atraerá hacia nuestra realidad más eventos y situaciones con la misma señal de nuestra emisión.
¿Ahora bien, qué implica ser asertivo?
Ser asertivo es lo contrario a ser agresivo. Significa que seamos tolerantes y empáticos ante los derechos, las ideas y los sentimientos de las demás personas. La asertividad requiere de honestidad, confianza, buena comunicación y respeto. Aprender a ser más asertivo aumentará tus posibilidades de entablar relaciones interpersonales más positivas y efectivas que derivarán en mejores probabilidades de alcanzar eficazmente tus objetivos mientras todo se desenvuelve en un ambiente cordial, constructivo y mucho más satisfactorio. La asertividad es una actitud positiva que atraerá hacia tu realidad más situaciones cargadas con esta misma polaridad. Ser asertivo te demandará tener confianza en ti mismo y de desarrollar buenas habilidades de comunicación.
Aprende a escuchar, sé honesto, cree en ti mismo, mantén tu mente abierta y prepárate para deshacerte de algunas ideas que quizá consideras obstinadamente importantes sin que por ello realmente lo sean.
¿Papi o Padre Nuestro?
Abbá Deb bashmaia. jit cuaddás semác. Teté malcutác…
Jesús (inicio de la oración «Padre Nuestro» en Armeo original)
“Abbá” es la palabra en arameo original con la que Jesús se refiere al Padre y con la que comienza la oración que conocemos como “Padrenuestro” (Mateo [6:9-13] y Lucas [11:1-4]).
El arameo era una lengua comúnmente usada en ciudades cómo Nazaret y es muy posible que Jesús la usara cotidianamente e inclusive se dirigiera a algunas audiencias con este idioma. Al día de hoy, aunque con tendencia a desaparecer, todavía el arameo es hablado en algunas pequeñas regiones de Oriente Medio cerca de Siria e Irak.
Abbá era la palabra que usaban los niños de aquella época para referirse de una manera cariñosa a su papá. Esto significa que Jesús llamaba a su Padre usando una palabra que es algo más parecido a “Papi” que a “Padre.” Abbá, denota entonces una relación padre-hijo que reposa en la proximidad, la confianza, el respeto y el cariño. El Padre no es alguien distante y sin embargo, cuando usamos una palabra solemne como “Padre,” creamos inconscientemente una línea, que aunque sutil, nos separa de él.
Refirámonos entonces al Padre con la familiaridad, confianza y cariño con la que un hijo se refiere a su Papá. Esta actitud de ninguna manera puede ser confundida o definida como irrespetuosa o grosera ya que es usada con amor y con cariño, y no con maldad o falta de respeto. Cuando analizamos el significado de la palabra aramea de la oración original de Jesús, es inevitable que nos sintamos tocados en un nivel muy profundo y nos invite a reflexionar sobre nuestra verdadera relación con Dios. Todos somos una extensión de él y recibimos todo el amor y cariño que siente un Padre por su hijo. La abundancia y la plenitud son tu legado y él las quiere para ti de la misma manera que cualquier padre quiere lo mejor para sus hijos.
Es mucha la información y discusión que se ha escrito y generado en torno al significado de la palabra “Abba” incluida en los textos bíblicos. El idioma original de estos escritos fue el griego y es importante notar que la palabra “Αββα” fue transcrita, y conservada en ellos. Sin embargo, se ha inferido que el significado de esta palabra es Padre porque el vocablo siempre fue acompañado de la expresión griega “pathr” lo que para algunos manifiesta la conciencia que Jesús tenía acerca de su relación con el Padre. No obstante, la palabra “abbá” aparece en tres ocasiones en los Evangelios canónicos cuando Jesús se dirige a su Padre y todavía hasta nuestros días, esta palabra es usada con el mismo significado original e inclusive en el hebreo moderno, esta palabra se utiliza regularmente y se traduce como “papi.”
Tus emociones: tu guía
No dejéis que el ruido de las opiniones de los demás ahogue vuestra propia voz interior. Y lo más importante, tened el coraje de seguir a vuestro corazón y vuestra intuición. Steve Jobs
Mantente alerta a lo que tu corazón tiene que decirte. Éste, aunque a veces de manera sutil, te indica en todo momento si tus acciones o decisiones te acercan a tu verdadero propósito o si te están alejando de el. Si tus actos y elecciones manifiestan para ti eventos o situaciones en donde experimentas alegría, júbilo, satisfacción, felicidad o algún otro sentimiento positivo o placentero significa que vas por un buen camino. Si por el contario, los sentimientos que experimentas son de frustración, aburrimiento, apatía, temor o cualquier otro de índole negativa, significa que tienes que corregir el rumbo.
Cuando haces a un lado a tu instinto y te enfocas exclusivamente en lo que tu mente lógica te presenta, puedes resultar engañado fácilmente ya que ésta resulta muy efectiva para encontrar diferentes razones que te parecerán sensatas y convincentes para orillarte a aceptar cualquier situación, aunque esta te resulte frustrante y contradictoria a lo que te dicta el corazón. Es por eso que muchas veces elegimos hacer aquello que creemos que debemos de hacer por encima de hacer aquello que nos gustaría y que nos llenaría de satisfacción.
¿Disfrutas las actividades que realizas cada día?
Si tu respuesta es no, significa que necesitas un cambio en tu vida. Cuando persigues tus sueños entonces le das un propósito a tu vida y atraes hacia ti todo lo que te mereces. Aún y cuando esto te asuste un poco, a menos que puedas deshacerte de ese temor, te estarás negando la oportunidad de manifestar para ti las condiciones propicias para perseguir objetivos más valiosos. Encuentra un propósito en tu vida y asegúrate de que tus acciones te encaminen a la consecución de éste. Todos tenemos mucho para ofrecer al mundo de forma única y no importa si esta contribución es grande o es simple. Tu mejor aportación radica en que seas tú mismo y en que busques hacer algo que te apasione, que te haga sentir feliz y orgulloso de ti mismo. Si todavía no encuentras tu verdadero propósito, sigue buscando y hazle caso a tu corazón, el sabrá cuando lo hayas encontrado. Ten fe en ti mismo y recuerda que la verdadera fe no conoce el fracaso y es la energía que le da vitalidad al poder creativo. Cuando te desprendes de aquellas ideas y necesidades que consideras obstinadamente importantes y a las que estás enganchado casi de manera crónica, entonces estarás conscientemente derribando los límites que tú mismo te has impuesto y como consecuencia estarás abriendo tu mente a nuevas posibilidades.
Tu exterior es un reflejo de tu interior
No vayas fuera, vuelve a ti mismo. En el hombre interior habita la verdad.
San Agustín
Sin importar qué es lo que esté aconteciendo en tu vida en este momento, es importante que te des cuenta de que lo que sucede en tu exterior, es un reflejo de lo que pasa en tu interior. Todo lo que hay en tu interior se materializa sin excepción en tu exterior porque ambos no son dos cosas distintas, sino dos vertientes de la misma cosa.
Este nuevo paradigma tiene una implicación trascendental en tu vida. Si deseas modificar tu entorno, debes de empezar por cambiarte a ti mismo. La mayoría de las veces solemos creer que nosotros reflejamos nuestro entorno. Es decir, si nos suceden cosas o eventos agradables entonces nos sentimos bien, y si por el contrario, nos suceden cosas o eventos negativos entonces nos sentimos mal y generamos pensamientos y emociones con esa misma polaridad. Sin embargo, esto no funciona así y en la medida en que reconozcas y entiendas esto, en esa misma medida tendrás la capacidad de modificar conscientemente tus pensamientos para dirigirlos intencionalmente a accionar cambios positivos en tu vida.
Si quieres lograr este cambio, tienes que modificar algunos patrones en tu interior. En otras palabras, no puedes esperar resultados diferentes si te mantienes pensando y actuando de la misma manera. La confusión y contradicción de las circunstancias y sucesos que quizá te rodean, no son otra cosa más que la respuesta a la confusión y contradicción que reside en tu mente.
Hacia donde mires, ahí estás. Tus relaciones, reflejan el tipo de persona que eres por dentro. Tu salud y tu situación económica, por mencionar algunas, son un reflejo fiel de la forma en la que piensas y en como te ves a ti mismo. Por simple ley de atracción, manifiestas los que piensas y sientes, ya sea que lo hagas de manera consciente o de forma inconsciente. La persona que siente miedo, angustia o ira, inevitablemente estará manifestando para si, situaciones en donde experimentar miedo, angustia o ira.
Aunque a veces nos pudiera resultar lógico y hasta sensato culpar a algo o a alguien más acerca de nuestra situación actual, esto lejos de arreglar las cosas sólo perpetuará nuestra situación. Por ley de atracción, nuestras emociones de frustración, culpa, reclamo o ira atraerán para nosotros más eventos en los cuales podamos experimentar más frustración, culpa, reclamo o ira. En la medida en que seamos capaces de entender lo que acontece en nuestro interior y cambiar conscientemente nuestro enfoque, en esa misma medida se modificará lo que sucede en nuestro entorno.
La buena noticia detrás de todo esto es que el poder para cambiar tu entorno está en tus manos, mejor dicho en tus pensamientos. Abre tu mente y comienza hoy por modificar conscientemente tus actitudes y pensamientos y empieza intencionalmente a cambiar para bien lo que sea que está aconteciendo en tu vida.