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Nathpá y el Misterio del Incipit Scriptum


Imagen Portada«El lector que comience estas páginas, no será el mismo cuando las concluya». Incipit Scriptum

Nathpá ha encontrado un antiguo pergamino dentro de una recóndita caverna. La joven zahanti, está por conocer la asombrosa historia detrás del mítico documento y por descubrir el poderoso mensaje que oculta.

La nueva novela de F.P. Ramírez España es un divertido relato que se suscita en distintos lugares y épocas. La novedosa trama, gira en torno a un misterioso documento considerado como el parteaguas evolutivo de la conciencia humana. Una cofradía de despiadados sacerdotes busca con ansias destruirlo, a la vez que un grupo de héroes anónimos lucharán por preservarlo.

Sumérgete en una entretenida y electrizante historia de aventuras que muestra una profunda lección de fortaleza y encuentro con uno mismo.  Acompaña al capitán Aviña, Clarissa, Kumal y a Nathpá en esta aventura y atrévete a acompañarlos a cruzar el umbral de la puerta que los llevará hacia un mundo poblado de maravillas.

Un relato dirigido a los jóvenes de corazón y a todo aquel que busca encontrar al zahanti que lleva dentro.

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La magia en una sonrisa


sonrisa«Tú no pudiste elegir la cara que tienes, pero sí la que pones.» FP Ramírez España

El idioma en una sonrisa es universal. Su significado no es ambiguo y su poder es infinito. La sonrisa es tan poderosa que el simple hecho de “dibujarla” en nuestro rostro le indica al cerebro que nuestro estado de ánimo es positivo y alegre (aunque no sea así). Esta es una simple receta que hechiza nuestra mente y que comienza a influenciarla positivamente.

La próxima vez que te sientas triste o decaído, intenta sonreír y sencillamente deja que la “magia” ocurra. La sola decisión de hacerlo, es el primer paso para comenzar a sentirte mejor. Auque existen estudios que confirman la teoría anterior, no es imprescindible que los conozcas para poder activarla con éxito. Compruébalo tú mismo. Sonreír no te cuesta nada y es contagioso. Es prácticamente imposible que una sonrisa sincera reciba en respuesta una muestra de desaprobación o de enojo.

Cuándo sonreímos, no solamente subimos la carga de energía positiva en nosotros mismos, sino que además la transmitimos a los demás y entonces, nos rebota de regreso. Creamos un ciclo continuo de vibración positiva a nuestro alrededor. Empezar a sonreír depende de decidirse a hacerlo. Así que si no estas dibujando una sonrisa en tu rostro en este momento es simplemente porque has decidido no hacerlo.

No obstante lo anterior, la norma general que impera en la sociedad contemporánea se refleja a través de rostros serios e inexpresivos. El paradigma social nos ha condicionado a creer que ser felices no es “noble” y desde que somos pequeños se nos inculca que el sufrimiento es parte integral (y natural) de la vida. Adicionalmente, la retórica social contemporánea nos invita a aceptar al dinero, la belleza, la aceptación y otros apegos como elementos indispensables para ser felices. Nuestra mente se confunde y no logra evitar sentir frustración por no poder conseguir todo aquello que le han hecho creer que es imprescindible para alcanzar la felicidad. En consecuencia, nuestro rostro refleja el estado de ánimo que experimentamos.

Recuerda que está en ti romper con la creencia o el esquema mental que te mantiene repitiendo patrones añejos. Elige sonreír por encima de cualquier experiencia que estés cruzando. Sonreír es gratis, es social y legalmente aceptado y es el tipo de gesto que hace y comunica “magia.”

Entre sonreír y no hacerlo se encuentra simplemente una decisión… y es solamente tuya.

Fotografía cortesía de http://www.sxc.hu/

Recibe una copia gratis de «Los 10 Hábitos de la Gente Altamente Atractiva»


Los 10H de Regalo

«Libros, caminos y días dan al hombre sabiduría» Proverbio Árabe

CreaAbundancia.com y FP Ramírez España te regalan una copia electrónica del libro “Los 10 Hábitos de la Gente Altamente Atractiva.” Ganar una de las 5 copias disponibles es muy fácil:

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«La inspiración que buscas se encuentra en ti. Permanece en calma y escucha»  Rumi

Encuentra tu verdadero propósito en la vida – Navega con la luz de tu espíritu


Cuando un hombre camina en dirección a su destino, se ve forzado muchas veces a cambiar su rumbo.
Paulo Coelho

Todos nosotros anhelamos tener una vida dichosa, llena de alegría, de paz y de felicidad. ¿Y por qué no? No hay nada de malo ni egoísta en querer perseguir y alcanzar una vida plena. Sin embargo, no es poco común que dediquemos la mayor parte de nuestros esfuerzos y nuestro tiempo a realizar actividades que en el fondo no nos resultan agradables ni interesantes. De manera cotidiana, realizamos tareas y trabajos que o bien sólo nos satisfacen superficialmente, o bien no lo hacen del todo. Sin embargo, nos sentimos obligados a hacerlas porque de alguna manera creemos que eso es lo que se espera de nosotros. Aunque en realidad no habría nada de malo en cumplir con nuestras obligaciones, debemos de reconocer que nuestra vida sería más dichosa si las actividades que emprendemos día con día, no solo nos ayudan a cumplir con nuestras responsabilidades, sino que además el simple hecho de hacerlas nos llena de motivación y alegría.

Si lo meditamos un poco, no podría haber situación más frustrante que tras años de diligente esfuerzo, nos encontremos mirando hacia atrás sólo para darnos cuenta de que  lo que hemos venido haciendo ni nos satisfizo ni tampoco nos ayudó a llegar a donde pretendíamos hacerlo. En otras palabras, nos parecería que las cosas que hicimos nos salieron mal a pesar de nuestro esfuerzo y dedicación. Desafortunadamente, esta situación puede estar sucediéndonos sin siquiera darnos cuenta. De manera rutinaria, distraída y hasta inconsciente nos enrolamos en las actividades cotidianas y nunca nos damos tiempo para hacer un alto en el camino para revisar nuestro mapa. Es más, quizá nos encontremos tan ocupados que ni siquiera hemos pensado en trazar uno. Si este fuera el caso, y en verdad no sabemos bien a bien hacia dónde vamos, entonces nos encontramos navegando a la deriva. El viejo adagio dice: “no hay viento favorable para un barco sin rumbo.”

Por lo tanto, si pasamos año tras año persiguiendo objetivos difusos, poco claros e inclusive ajenos, nos llevará invariablemente a desembocar en una situación en la que desafortunadamente nos daremos cuenta que hemos estado perdiendo el tiempo. Infelizmente, ese tiempo perdido ya no lo vamos a poder recuperar. Se hace imprescindible entonces, que tracemos nuestro mapa lo antes posible. Definir esta carta de navegación personal será la diferencia entre llegar a dónde pretendemos o pasarnos la vida a la deriva. Aún y cuando trazar este mapa puede no ser una tarea sencilla, necesitamos esforzarnos para hacerlo. Debemos de reflexionar y buscar en nuestro interior el verdadero propósito de nuestra vida.

¿Conoces el tuyo?

Quizá te encuentres persiguiendo plenamente tu propósito, quizá ya lo estás buscando o probablemente estés en el proceso de reconocer la importancia de encontrarlo. Independientemente en qué etapa te ubiques, te darás cuenta que encontrar el verdadero propósito de tu vida le va a dar sentido a tus acciones y decisiones. Además, te va a dar una dirección y un rumbo a seguir y adicionalmente te va a llenar de energía y motivación realizar actividades de manera cotidiana que te llenan de alegría y júbilo. En pocas palabras, un propósito le aporta significado a tu vida.

Cómo se mencionó anteriormente, encontrar el verdadero propósito de nuestra vida no siempre es una tarea fácil. Sin embargo, debemos de darnos el tiempo para encontrarlo. Cuando lo hagas, no temas “girar el timón” para recuperar el rumbo. El Hábito 1 del libro “Los 10 Hábitos de la Gente Altamente Atractiva” te será de utilidad para empezar a provocar el auto-conocimiento que te ayudará en esta tarea. Solamente tú (y nadie más) eres capaz de descubrirlo. Si todavía no lo haces, nunca es demasiado tarde para empezar a buscarlo.

Fotografía cortesía de stock exchange www.sxc.hu

Reconéctate con tu yo superior (tercera parte)


Los 10 hábitos de la Gente Altamente Atractiva aplicados para reconectarte con tu “yo superior.”

La creencia no es el principio, sino el fin de todo conocimiento.

Johann W. Goethe

Hábito 3: Revisa tu patrón de creencias conflictivas o incongruentes

Desde que somos niños se nos inculcan muchas conductas e ideas. Se nos enseña acerca de lo que está bien y de lo que está mal, acerca de lo que es moral e inmoral e inclusive se nos enseña qué tipo de actitudes y comportamientos debemos de mostrar ante ciertas situaciones. Este aprendizaje nos acompaña de manera inconsciente durante toda la vida. Esta programación mental estará allí para “regresarnos a la caja” y mantenernos atrapados dentro de los límites que nosotros mismos nos hayamos impuesto.

En lo que se refiere a la espiritualidad y nuestra relación con el Creador, no es la excepción. Desde que nacemos, los seres humanos somos educados en <<La palabra>> de Dios. Ya sea si crecimos católicos, protestantes, judíos, musulmanes, o de cualquier otra religión recibimos y aprendemos de nuestras familias y de la casa religiosa correspondiente, la verdad sobre Dios y sus misterios. Cada doctrina tiene sus fundamentos, sus rituales y sus tradiciones. Sin embargo, aunque a primera vista pareciera que existen diferencias entre cada una de ellas, en el fondo se tratan de modelos de pensamiento similares.

La palabra religión, proviene del latín “religare” que significa re-conectar e implicaría algo así como el medio por el cual establecemos una reconexión con el origen o con la fuente. En otras palabras, el objetivo de la religión es indicarnos y definirnos cuál es nuestra relación con Dios.

Independientemente de cual sea nuestro caso, invariablemente las doctrinas religiosas nos enseñan una serie de proposiciones que se ostentan como ciertas e innegables y se nos solicita que las adoptemos. En otras palabras, debemos de creer en un principio o idea, que no admite réplica y cuya veracidad no está sujeta a prueba. En el fondo, esta doctrina no tendría nada de correcto ni tampoco de incorrecto, es simplemente una idea o propuesta como cualquier otra. El problema nace en nosotros mismos al momento de imponernos paradigmas que nos son imposibles de debatir. Es decir, aceptamos un esquema mental que también nos solicita pasividad racional e intelectual. En el caso de la religión y de nuestra relación con Dios, se nos enseña a adoptar una postura única, cerrada, petrificada, invariable e imposible de cuestionar.

Debemos de reflexionar y de estar atentos para reconocer que ciertas posturas nos encierran en nosotros mismos y nos evitan que abramos la mente y la puerta a aceptar otros puntos de vista. Una postura rígida nos limita para poder desarrollar una concepción más elevada del mundo y tener un pensamiento más libre.

Los comentarios y sugerencias de las páginas 36, 37, 38 y 39 del libro “Los 10 Hábitos de la Gente Altamente Atractiva” te pueden servir de guía para reconocer y es su caso erradicar aquellas creencias que limitan tu potencial.

Creer en algo es válido y muy respetable. Sin embargo, hay que estar atento cuando estas creencias limiten nuestra capacidad natural de reconocer y de reconectarnos con nuestro ser superior. Estar atrapado en la rigidez de una ideología, puede cerrarte la puerta a la oportunidad de encontrar niveles de consciencia más elevados y alejarte del camino que te lleva a entenderte mejor a ti mismo y a tu verdadera relación con Dios. Ahora bien, cuándo tenemos la expectativa de que podemos establecer una reconexión con nuestro Ser Superior, entonces esta creencia actuará a favor nuestro y nos dará fuerza para que la comunicación se establezca y mejore día con día.

Reconéctate con tu Ser Superior (primera parte)


Los 10 hábitos de la Gente Altamente Atractiva aplicados para reconectarte con tu “Ser Superior.”

Podremos alzarnos sobre nuestra ignorancia,
podremos descubrirnos como criaturas de perfección…

Juan Salvador Gaviota

Habito 1: Conócete a ti Mismo

Indiscutiblemente el primer paso para establecer la reconexión con tu guía interna, consiste en que tengas plena conciencia y conocimiento de quién eres tú y que reconozcas que ésta expresión espiritual reside en tu interior. Cada persona sobre la tierra cuenta dentro de su cuerpo físico con dicha expresión. La puedes llamar alma, espíritu o de cualquier otra forma. Esta parte de tu ser está ligada en armonía de manera natural con el universo y con todo lo que existe, incluyéndote a ti.

Este aspecto de nosotros mismos, nuestro “Ser Interior,” si se lo permitimos puede llegar a jugar un rol importante y decisivo en nuestra vida. El “Ser Interior” y tú no están en realidad separados el uno del otro, porque ambos constituyen dos vertientes de la misma fuente. Para descubrirlo, simplemente tienes que aprender a atenuar tu mente lógica y racional para poder sincronizarte con tu guía interior. Si eres como la mayoría de la gente, entonces tienes esa pequeña “vocecilla” dentro de tu cabeza que no se está quieta y te está hablando constantemente. Para poder reconectarte con tu yo interior, debes de aprender a “callar” a esta voz y simplemente permitir que tu fuente entre en sincronía con tus pensamientos.

Para lograr la conexión, debes de aprender a aquietar la mente y así evitar que la ansiedad y las preocupaciones estorben el proceso. El ejercicio de las páginas 17 y 18 del libro “Los 10 Hábitos de la Gente Altamente Atractiva” te puede ayudar en esta tarea. Cómo en todo, la práctica te ayudará a dominar la técnica.

Tu sistema de  “guía personal” te será de gran ayuda para definir el camino y las acciones que debes de emprender para engancharte con tu propósito verdadero. Nuestra mente, a veces racional en exceso, suele guiarse por lo que le parece más lógico. Regularmente cómo parte de este proceso, tendemos a escuchar y hasta validar nuestras propias creencias y deseos con las opiniones del resto de la gente. Sin embargo, debes de entender que tu “guía interior” es suficiente y mucho más importante que la opinión o la dirección de los demás.

Cuando estableces una conexión efectiva y en armonía con tu guía interior, el universo manifestará para ti las experiencias y oportunidades que te llevarán hacia dónde realmente perteneces y a dónde tu verdadero yo quiere ir. Tus emociones, en todo momento te servirán de guía en el camino. Recuerda que si experimentas emociones positivas como alegría, júbilo o esperanza, significa que estás tomando las acciones y camino correctos. Si por el contrario, sientes miedo, angustia, depresión o dolor, entonces es hora de modificar el rumbo (revisa la página 77 del libro “Los 10 Hábitos”). Por ejemplo, si al despertar por las mañanas experimentas hastío o depresión por tener que realizar tus actividades cotidianas, significa que estas no te resultan verdaderamente satisfactorias y que necesitas un cambio de rumbo. Tu guía interior te lo indica de forma inequívoca a través de las emociones que experimentas.

Conócete a ti mismo y eleva el nivel de tu consciencia. Acepta a tu “yo interior,” invítalo a tu vida y aprende a vivir en armonía con él. La práctica diaria de la meditación te será de gran ayuda en este proceso.

Entender las razones detrás de nuestras metas


Tú no necesitaste fe para volar, lo que necesitaste fue comprender lo que era el vuelo.

El significado del vuelo va más allá de una manera de trasladarse para conseguir algunas migajas caídas de un bote.

Juan Salvador Gaviota

A medida que vamos creciendo y desarrollándonos, de una u otra manera aprendimos que para alcanzar nuestras metas es necesario tener confianza en nosotros mismos. En otras palabras, necesitamos nutrirnos con fe. Sin embargo, son escasas o quizá nulas las veces en que se nos invitó o enseñó a entender las razones por las cuales queríamos alcanzar tal o cuál objetivo.

A medida que nos convertimos en adultos, la “chispa” y capacidad de soñar de nuestra infancia va desapareciendo y a falta de comprensión, comenzamos simplemente a acostumbrarnos a vivir en un estado rutinario y hasta inconsciente. Nunca supimos realmente para qué queríamos ser presidentes, reyes, astronautas, científicos, doctores, etc.

Ahora, la mayoría de los días nos levantamos de forma automática, nos subimos al auto, al bus o al subterráneo y simplemente invertimos gran parte de nuestro esfuerzo y “capacidad de vuelo” para trasladarnos a buscar esas migajas caídas del bote. Solemos mantener nuestra mente enfocada en “hacer” y poco nos ocupamos en reflexionar acerca de “por qué hacerlo.” Si acaso, nos convencemos de que estas razones se explican simplemente para cumplir con ciertas responsabilidades u obligaciones que descansan sobre nuestros hombros.

¿Sabes bien para qué emprendes el vuelo todos los días?

¿Dónde quedaron aquellos sueños que tanto te hacían sonreír de niño?

¿Tus verdadero propósito esta alineado con las actividades que realizas cotidianamente?

¿Te sientes satisfecho, completo y feliz con tu vida?

Todos los objetivos que nos planteamos en la vida, siempre resultan más alcanzables cuando conocemos la verdadera razón qué yace detrás de cada uno de ellos. Tú sabes bien que tienes la capacidad de lograr todo lo que te propongas, en ti subyace de manera natural una fe poderosa. Sin embargo, quizá es momento de no solamente creer en todo lo que podemos alcanzar sino empezar a entender bien para qué lo queremos lograr.

Es posible que muchas veces te hayas empeñado diligente y eficientemente en alcanzar algún objetivo y a pesar de tus esfuerzos no lo has conseguido. ¿No será que quizá este objetivo no está alineado con tu verdadero propósito en la vida?

Si quieres modificar de manera efectiva lo que ves <<allá afuera>> empieza por entenderte mejor a ti mismo y a armonizar con tu ser interior. Solamente hay una persona que te puede ayudar a descubrir este camino: tú mismo.

Te invito a poner en práctica los hábitos 1, 9 y 10 del libro “los 10 hábitos de la Gente Altamente Atractiva.” Descubre algunas técnicas para comenzar a alinearte con tu guía interior, conoce la importancia de la fe, así como la relevancia de ampliar tu sabiduría.

Fotografía cortesía de: stock.xchng http://www.sxc.hu/

El Miedo: catalizador silencioso


«El miedo cultiva miedo» Byron Janis

Dentro de cada uno de nosotros, queramos ser conscientes de ello o no, habitan una serie de temores que influencian de una manera silenciosa pero contundente nuestra manera de actuar y de pensar. El miedo al fracaso, a la crítica o a la muerte – por mencionar sólo algunos – viven en nosotros de forma inconsciente. Estos miedos, nos guste admitirlo o no, afectan nuestra actitud y nuestra modo de conducirnos. Si tememos al fracaso, es posible que nos mostremos reacios y cautos hacia la aventura y búsqueda de nuevas experiencias. Si tememos a la crítica, es posible que nos comportemos cómo la mayoría de la gente esperaría que lo hiciéramos y observemos los cánones, paradigmas e ideologías socialmente aceptados. Y si tememos a la muerte, posiblemente abracemos ideologías para que nos ayuden a cargar el peso artificial de nuestra propia incertidumbre.

Desde una postura de análisis crítico y objetivo, podemos tender a pensar que alguien estaría muy poco dispuesto a hacer algo en contra de su propia voluntad. Sin embargo, esta situación cambia por completo si el individuo recibe presión del medio ambiente en el que se desenvuelve.

El miedo en lugar de hacernos avanzar,  atenaza y limita nuestra capacidad de reacción. El temor inducido torna dócil y manipulable a la sociedad. Cada época ha impreso de manera efectiva miedos en la conciencia colectiva de la gente. El temor infundido cumple un propósito: sumisión y alineación.

¿Cómo podemos deshacernos de esta emoción tan negativa?

Dentro de la mayoría de nuestras motivaciones existe de manera inconsciente algún tipo de temor que moldea o afecta nuestros actos. La única manera de afrontarlo eficazmente es reconocerlo y ser consciente de el. Tenemos que reconocer que el temor nos hace vulnerables y que paraliza nuestra capacidad de análisis objetivo. El temor no provoca el entendimiento. Sin embargo, es imprescindible entender que el miedo tiene su origen en la mente y éste es muchas veces imaginario.

Hay que estar atento a las diversas formas que el miedo puede tomar. Puede por ejemplo, querer atraparnos en forma de sentimiento de culpa o de ansiedad hacia la incertidumbre. Es indispensable que logremos identificar cuando nuestra mente se encuentra en una etapa de confusión y caos que la está guiando ineludiblemente a un estado de petrificación.  <<Anclar>> la mente y evitar que esta divague es la mejor solución que puedes aplicar. Tu mejor aliado hacia el entendimiento: la respiración consciente.

Fotografía: stock.xchng www.http://www.sxc.hu/

El camello que pasó por el ojo de la aguja


camelloLa frase de la Biblia  “Es más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar al reino de Dios” [Mateo 19-24] es un ejemplo de las creencias que podríamos llegar a adoptar y a considerar como nuestra verdad. Esta puede terminar asociada de manera inconsciente con nuestra propia realidad. En este caso, si creemos que los ricos no verán el Reino de Dios y nosotros sí queremos conocerlo,  entonces, creamos de inmediato en nuestra mente un pensamiento subyacente e inconsciente que nos bloqueará inevitablemente nuestro proceso de manifestación intencional enfocado a perseguir objetivos de riqueza y prosperidad.  No importa cuanto nos esforcemos en ello, ahí estará esa pequeña vocecita en nuestro interior que nos dirá: <<la riqueza es mala>>.

Si leemos el versículo completo [Mateo 19 16-26] vemos que Jesús le solicitó al joven rico que vendiera sus bienes y se los diera a los pobres para con ello tener un tesoro en el Cielo. No le solicitó ni que viviera en la pobreza ni tampoco condenó su riqueza. Más adelante, en ese mismo versículo [Mateo 19-26] Jesús responde a la pregunta de sus discípulos acerca de quien podría salvarse. Jesus responde: “para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible.” No menciona que esta imposibilidad se aplica de manera exclusiva a los hombres ricos, sino que se ajusta de manera general al hombre.

Analizando este concepto desde una óptica diferente, podríamos reflexionar acerca de esta enseñanza de Jesús. El “hombre” que está limitado es aquel que actúa desde un nivel de entendimiento superficial y que sólo es consciente de su propia individualidad.  Este hombre [el ego] se identifica con palabras como yo y mío y se asocia con ideas cómo “soy rico” o “soy bonita.” Este nivel superficial de conciencia considera que estos conceptos le son imprescindibles y termina por apegarse obstinadamente a ellos. Con ello, se aleja de la posibilidad de encontrar o conocer situaciones más valiosas o elevadas.  Aunque esta conciencia individualista es importante para desarrollar ciertas actividades del día a día, nos puede representar una barrera importante para alcanzar niveles de consciencia y espiritualidad más elevados [Dios].

Dejar el apego a la riqueza (y no la riqueza en si) es lo que Jesús solicitó a aquel joven que hiciera. Cuando dejamos ir aquellas ideas o necesidades que consideramos testarudamente importantes para nuestra felicidad, es cuando abrimos nuestra mente para descubrir los tesoros que nos deparan en el cielo [Dios]. En la riqueza también está Dios y nada hay de malo con esta. Sin embargo, no te apegues a ella de tal forma que consideres que si no la tienes, no podrás llegar a ser feliz. La abundancia y la plenitud son tu legado y cuando te liberes del temor (apego) de no tener suficiente para comer, o no tener una casa u otros bienes, entonces vivirás en libertad, pues tu mente deja de engancharse en la supervivencia y la puedes dirigir hacia un estado mental que te permitirá recibir pensamientos más elevados. El reino de dios es para aquel lo suficientemente libre (pobre) de condicionamientos, de prejuicios y de paradigmas y que está abierto a abrir la mente para recibir un nivel de entendimiento más profundo.

“Así que no se inquieten diciendo: ¿Qué comeremos? ¿Qué beberemos? ¿Con qué nos vestiremos? Esas son preocupaciones de los paganos. Ya sabe el Padre Celestial lo que  necesitan. Busquen primero el Reino de Dios y hacer su voluntad y todo lo demás les vendrá por añadidura”

[Mateo 6:32,33].

Fotografía cortesía de http://www.sxc.hu/

 

Ser competitivo no significa ser excelente


excelencia«La vida es como una obra de teatro: no es la duración sino la excelencia de los actores lo que importa» Séneca.

¿Qué te viene a la mente cuando escuchas la palabra competitivo?

La sociedad contemporánea valora mucho la eficiencia, la riqueza, el prestigio y el poder. Hoy en día tenemos poco espacio para el autoconocimiento, la tolerancia y la paciencia, y al parecer la carrera hacia la cima del mundo se ha convertido en un  ideal que para muchos representa un objetivo tan importante que están dispuestos a conseguirlo a cualquier precio. En otras palabras, la llamada sofisticada sociedad de éste siglo, deja sitio sólo para los mejores y estos parecieran ser aquellos que están dispuestos a pasar por encima de los demás sin importar las consecuencias.

Durante mucho tiempo se nos ha inculcado el espíritu competitivo como un remedio contra la pasividad y la mediocridad. Es decir, parece que confundimos a la competitividad con la excelencia. Dentro de muchos de nosotros existe la falsa creencia de que ser más competitivos nos convierte en mejores personas, sin embargo, esto no puede estar más alejado de la verdad porque la competencia destruye, esclaviza y margina. La competencia percibe inevitablemente a nuestro prójimo como amenaza u obstáculo para conseguir el objetivo deseado. Por otro lado, nuestro ego tiene un nivel de consciencia y entendimiento muy superficial y una vez que se engancha en el juego de la competencia nunca queda satisfecho. La competencia requiere de rivalidad y esta conduce a la enemistad y en consecuencia al odio, todos ellos son sentimientos negativos que atraerán inevitablemente para quien los experimente, situaciones o eventos de la misma polaridad. Esto significa que con el afán de ganar, la persona que es obstinadamente competitiva se atrae hacia su realidad situaciones que terminarán por aislarlo y victimarlo.

La verdadera medicina contra la mediocridad, es la excelencia. Aspirar a ser excelente genera un esfuerzo individual orientado al desarrollo máximo personal sin entrar en competencia con alguien más. Cuando uno aspira a ser excelente, se desea ser mejor mediante un sentimiento y actitud que es incluyente y solidaria. La excelencia construye, libera y acerca a las personas. La excelencia invita a la superación personal mientras que la competencia incita a superar al otro. La excelencia es un principio liberador que permite al hombre alcanzar su máxima capacidad y a percibir al otro no como el enemigo a vencer, sino como un compañero en el viaje. La excelencia implica tomar la actitud correcta y responsable para hacer las cosas de la mejor manera posible.

Cuando decidimos ser excelentes, estamos tomando una elección que nos atraerá muchos más beneficios y satisfacciones que sólo ser competitivos. Ser excelente significa decidir tener buena actitud, inclusive antes los malos momentos. Ser excelente implica ayudar a nuestro entorno y a quien necesita apoyo. Ser excelente es decidir actuar con honestidad y con optimismo. Ser excelente es decir sí se puede. Ser excelente nos invita a respetar las ideas, los derechos y los sentimientos de los demás.  Ser excelente es aprender a vivir en armonía con lo que te rodea,  implica que seas tú mismo y que persigas tu verdadero propósito.

Si bien en ésta búsqueda no hay medallas, los premios recibidos son mucho más significativos y siempre se quedarán contigo.

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