Reconexión
Reconéctate con tu YO SUPERIOR
La mayoría de nosotros, en lugar de tener una profunda conciencia y reconocimiento de nuestra espiritualidad, en realidad poseemos una percepción imaginaria de esta.
Es decir, posiblemente creemos que existe un alma o un espíritu en nosotros. Sin embargo, la percepción o información que tenemos sobre este, en realidad es artificial. Esto significa que todo lo que creemos está basado en lo que nos fue inculcado desde que éramos niños y no en nuestra propia experiencia de búsqueda y entendimiento. Hemos crecido abrazando estos paradigmas y hoy forman parte de lo que solemos llamar “dogma de fe.”
Cada individuo sobre este planeta cuenta dentro de su cuerpo físico con la expresión espiritual que lo anima y le da vida. Cuando llega el momento, ésta simplemente sigue su camino y el cuerpo y la mente mueren. Esto resulta un aspecto de la vida misma, que si bien entendemos poco (o mejor dicho nada), nos sería difícil de negar o de rebatir.
Ahora bien, si pensamos en la idea de cohabitación de cuerpo y espíritu, podemos llegar a considerar que esta parte desconocida participa de manera activa en nuestra vida cotidiana como lo hacen la mente o cualquier otra parte del organismo. Después de todo, todos tenemos el poder da la intuición, experimentamos emociones y a todos nos ha llegado de repente alguna corazonada. Si bien esto es cierto y es una señal inequívoca de la existencia de nuestra “guía espiritual,” regularmente no le prestamos demasiada atención y preferimos guiarnos por lo que nuestra mente lógica y adoctrinada nos dicta.
Derivado de este discernimiento lógico habitual y de los límites que nos establece el condicionamiento de los paradigmas y creencias arraigados en nosotros, nunca nos detenemos realmente a pensar si el espíritu pudiera jugar un papel más protagónico en nuestra vida. La respuesta indiscutiblemente es sí. Sin embargo, para que esto suceda es necesario emprender un proceso de reconexión que invite a nuestro ser superior a participar más activamente de nuestra existencia y con ello quizá darnos guía, consejo y soporte en este plano físico. Este plano incognoscible es alcanzado solo de forma individual, apagando la mente y olvidándonos de los dogmas y paradigmas que nos han sido establecidos. La verdadera conexión está más allá de lo aprendido y nace de un proceso de autodescubrimiento que nos facilitará alcanzar un nivel de conciencia más elevado.
¿Por qué no empezar a sembrando nuevas ideas en los paradigmas existentes?
Deja un comentario
Comments 0