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La magia en una sonrisa
«Tú no pudiste elegir la cara que tienes, pero sí la que pones.» FP Ramírez España
El idioma en una sonrisa es universal. Su significado no es ambiguo y su poder es infinito. La sonrisa es tan poderosa que el simple hecho de “dibujarla” en nuestro rostro le indica al cerebro que nuestro estado de ánimo es positivo y alegre (aunque no sea así). Esta es una simple receta que hechiza nuestra mente y que comienza a influenciarla positivamente.
La próxima vez que te sientas triste o decaído, intenta sonreír y sencillamente deja que la “magia” ocurra. La sola decisión de hacerlo, es el primer paso para comenzar a sentirte mejor. Auque existen estudios que confirman la teoría anterior, no es imprescindible que los conozcas para poder activarla con éxito. Compruébalo tú mismo. Sonreír no te cuesta nada y es contagioso. Es prácticamente imposible que una sonrisa sincera reciba en respuesta una muestra de desaprobación o de enojo.
Cuándo sonreímos, no solamente subimos la carga de energía positiva en nosotros mismos, sino que además la transmitimos a los demás y entonces, nos rebota de regreso. Creamos un ciclo continuo de vibración positiva a nuestro alrededor. Empezar a sonreír depende de decidirse a hacerlo. Así que si no estas dibujando una sonrisa en tu rostro en este momento es simplemente porque has decidido no hacerlo.
No obstante lo anterior, la norma general que impera en la sociedad contemporánea se refleja a través de rostros serios e inexpresivos. El paradigma social nos ha condicionado a creer que ser felices no es “noble” y desde que somos pequeños se nos inculca que el sufrimiento es parte integral (y natural) de la vida. Adicionalmente, la retórica social contemporánea nos invita a aceptar al dinero, la belleza, la aceptación y otros apegos como elementos indispensables para ser felices. Nuestra mente se confunde y no logra evitar sentir frustración por no poder conseguir todo aquello que le han hecho creer que es imprescindible para alcanzar la felicidad. En consecuencia, nuestro rostro refleja el estado de ánimo que experimentamos.
Recuerda que está en ti romper con la creencia o el esquema mental que te mantiene repitiendo patrones añejos. Elige sonreír por encima de cualquier experiencia que estés cruzando. Sonreír es gratis, es social y legalmente aceptado y es el tipo de gesto que hace y comunica “magia.”
Entre sonreír y no hacerlo se encuentra simplemente una decisión… y es solamente tuya.
Fotografía cortesía de http://www.sxc.hu/
Non Habemus Papam – un cambio de estafeta espiritual
La verdad siempre resplandece al final, cuando ya se ha ido todo el mundo. Julio Cerón
De acuerdo con San Malaquías, Benedicto XVI sería el penúltimo Papa de la historia y llevaría el lema de “gloria olivae” (la gloria del olivo). Sin pretender tener la intención de dar fe a ningún vaticinio, pareciera que para la curia, el lema que más les gustaría hacer valer aquí es “la gloria del olvido.” La renuncia del papa ha provocado sorpresas y deja espacio a muchas especulaciones que apuntan hacia las verdaderas razones detrás de su decisión. Los múltiples escándalos y casos de corrupción y abuso aparecen incesantemente en la Iglesia. Hasta hoy, continúan recibiendo la misma respuesta de impunidad, omisión y silencio que lógicamente a los creyentes, les resulta imposible de olvidar.
Es innegable que la Iglesia está pasando por una crisis profunda que se dramatiza aún más con la dimisión del actual pontífice. Benedicto XVI, deliberadamente eligió para sí un lema y lo llevó a su pontificado. Dicho lema lo adoptó desde que fue nombrado Arzobispo de Munich: «cooperatores veritatis» (colaborador de la verdad).
¿Fue quizá esta actitud de apertura y humilde reconocimiento de errores la que le generó resistencia y rechazo entre sus colaboradores? Es indudable que este Papa es un gran intelectual quien recibió la dificil tarea de guiar a la Iglesia en una época de profundos movimientos de cambio. Aparentemente, eligió dirigirla desde el timón de la verdad.
Si bien resultará dificil conocer la verdad detrás de esta decisión, la nunciatura nos podría sugerir que estos acontecimientos son indicadores de que la Iglesia está en constante renovación, la realidad es que continua atada a viejas costumbres y a dogmas petrificados. La Iglesia no se renueva, lo que está sujeto a renovación constante es la fe y en este momento, parece que está cruzando por un momento importante: La fe inicia de nuevo.
En medio de la tempestad, el capitán del navío abandonó el timón. Si bien, las razones personales que aparentemente respaldan esta medida son muy respetables, es un símbolo de que las tradiciones y los principios de la fe (al menos la estatutaria) se están tambaleando. En los próximos días, estaremos expuestos a anuncios adornados de forma abundante y “copeteados” con aderezos teológicos para indicar que todo está controlado. Es posible que inclusive presenciemos un cónclave atípicamente corto. Sin embargo, la realidad es que durante este momento tan relevante de la historia de la religión romana, un nuevo católico está despertando. Este nuevo creyente es más progresista, le gusta participar del mundo y someterse al aprendizaje de sus propias experiencias. Aunque pareciera ser menos receptivo a los dogmas, suele abrazar ideas que le parezcan novedosas y liberales. Esta actitud, lo puede llegar a convertirle en un cómplice de la comunidad anticatólica.
El abrupto cambio en la capitanía de la Iglesia, alcanza a la sociedad en un momento crucial. Se deja en evidencia que será difícil para la nunciatura recobrar el rumbo sin dejar a la vista actitudes chapuceras y argucias políticas. El Vaticano lucha por encubrir su nido de corrupción, lavado de dinero y pedofilia que ponen al descubierto que la curia queda muy alejada del cielo y terriblemente cerca del pecado y la cotidianeidad mundana. La jerarquía católica, deja a la vista ser un reflejo de una profunda descomposición moral que se presta a proteger privilegios y encubrir a criminales.
Si bien pareciera ser un momento para dar rienda suelta a la secularización, estamos ante una oportunidad sin precedentes. Hoy, la comunidad católica se encuentra ante la gran posibilidad de liberar algunas ataduras y comenzar a buscar la verdadera fe y auténtica espiritualidad en dónde siempre residió: en nosotros mismos. Es un momento cumbre para leer las Escrituras con ojos nuevos y abrir la mente al conocimiento que reside en otras fuentes, no necesariamente canónicas. Es tiempo de cuestionar los dogmas y romper así las cadenas que nos ataron durante siglos a una esclavitud espiritual.
Es el momento de reconocer que la fe católica no se escapa de embustes políticos y de enredos morales. El Estado Vaticano nos deja entrever una oscura realidad mundana que todavía podría esconder algunos oscuros secretos entre sus paredes.
Es pues, un momento de renovación espiritual y no de abandono divino. Aprendamos y atrevámonos a reencontrarnos con nuestro ser verdadero. Él vive en nosotros y nosotros en él, nunca ha tenido planes de renunciar y siempre nos estará esperando para acompañarnos “hombro con hombro” el resto del camino. Quizá la consigna de Malaquías sobre Gloria Olivae (el triunfo de la paz) resida, aunque sea en parte, en este proceso de renovación de fe. El tiempo dirá si Benedicto XVI será recordado por haber sido un franco «cooperatores veritatis» y si esta postura tendrá un eco favorable en el desarrollo de la vida espiritual de los católicos.
Cambiando nuestro enfoque: develando lo invisible
Sólo con el corazón se puede ver bien, lo esencial es invisible para los ojos. Anónimo
Con el tiempo y sin pretenderlo hemos, como sociedad, desarrollado una predisposición a prestar más atención a los eventos negativos y ser menos observadores hacia hechos positivos. Basta con ver los noticieros o prestar atención a las primeras planas de los diarios. Hoy por hoy, como comunidad nos enfrentamos a una práctica generalizada de presentar los hechos y las noticias de modo que produzcan sensación, emoción o impresión en la audiencia. Esta práctica es posible gracias a la excesiva credulidad y al poco tiempo que en general la audiencia dedica a la reflexión.
Actualmente y sin mucho esfuerzo, podemos ser testigos de este abuso desmedido del sensacionalismo que ciertamente obedece más a un afán de lucro que a uno educativo por parte de las corporaciones.
A través de la mayoría de los medios de comunicación, nuestra mente sólo puede conocer acerca de las mejores y más completas recopilaciones de noticias policíacas, desastres y demás catástrofes que se avecinan sobre nosotros. Esta clara manipulación de la realidad y la frivolidad con la que cotidianamente se manejan los noticias afectan, queramos o no, a la vida de los seres humanos. La practica no intencionada e inconsciente de observar lo negativo, nos llega a dar cierta habilidad “natural” hacia ello y nos dificulta a veces notar los aspectos positivos a nuestro derredor.
Adicionalmente, debemos de ser conscientes de que lo igual atrae lo igual. Si acostumbramos saturar nuestra mente y vida personal con hechos negativos, es muy probable que estemos viviendo en una realidad rodeada con este tipo de experiencias. No es posible experimentar una vida llena de dicha, paz y plenitud, si vivimos convencidos (y todos los días permitimos que nos lo reiteren) de que el mundo a nuestro alrededor nos ofrece completamente lo opuesto.
En muchas ocasiones la prensa falsea la información, resalta el morbo, incentiva la violencia y banaliza la vida social con el simple objetivo de vender más periódicos o de aumentar los llamados “ratings.” En otras palabras, el objetivo es entretener y no tanto informar o educar. Infelizmente, esta práctica desencadena en nosotros una especie de necesidad de comentar y transmitir “las malas nuevas.” Por otro lado, la directriz de enaltecer lo negativo parece no ser exclusiva de las crónicas de la vida real. Esta pauta también ha alcanzado a los guiones de las telenovelas, películas y series de TV. Si no nos basta con las toxinas inducidas por la prensa, entonces podemos absorber más durante nuestros momentos de esparcimiento.
Sin embargo, el mudo real en el que vivimos dista mucho de ser así. Simplemente nos sucede que nos pasa desapercibido. Solemos enviar nuestra atención a lo que nuestra mente ha estado acostumbrada a percibir. En otras palabras, este mundo está lleno de buenos actos, pero a veces sólo tenemos ojos para los que son negativos.
El conductor que nos cede el paso en el tránsito, la persona que nos sostiene la puerta de acceso al centro comercial, el pasajero que nos cede su asiento en el autobús, aquel buen samaritano que nos avisa que dejamos caer algo sobre la acera, el desconocido que nos da «los buenos días» en la calle o el hombre que ayuda a un indigente son sólo algunos de los muchos ejemplos de buena voluntad y positivismo que todos los días inundan las calles de nuestro planeta. Probablemente estos y muchos otros eventos favorables pasan frente a nuestros ojos a diario y sin embargo pasan desapercibidos. Estos pequeños “gestos” valen mucho y es bueno y valioso empezar a prestarles la atención debida. Si ofrecemos cuidado y cobramos conciencia de ello, sin estas acciones nuestra vida sí que sería un verdadero infierno quizá parecido al que vemos en los noticieros.
Para este nuevo año 2013 que comienza, me parece que un buen propósito es el de empezar a poner más atención a lo positivo y comenzar a llenar y nutrir nuestra vida con aquello que realmente nos hace crecer como seres humanos.
Cualquier persona puede elegir una nueva forma de pensar y vivir aún y cuando no sea la forma prevaleciente en el patrón colectivo. El mejor lugar para empezar el cambio es con uno mismo. Proponte ser gentil con los demás y apreciar todo lo positivo que te rodea. Verás que la vida en retribución sólo tendrá gentileza para ti y más eventos positivos que puedas presenciar.
Quiero aprovechar también para agradecer las más de 5,000 visitas que he recibido en este primer año de existencia y en especial quiero agradecer a todos aquellos lectores que se han tomado el tiempo de dejar un comentario o un “like». Felicito también a los ganadores de las copias del libro “Los 10 Hábitos de la Gente Altamente Atractiva” y espero sinceramente que disfruten su lectura.
Feliz 2013 para todos.