Día de muertos – una tradición que nos visita desde el “más allá”
Publicado por FP Ramírez España
Las masas humanas más peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del miedo…. del miedo al cambio. Octavio Paz
Los dos de Noviembre de cada año, se revive la tradición de “día de muertos.” En esta fecha, vivos y difuntos se reúnen en torno a un festejo que nos recuerda que aquellos que fallecieron, simplemente están ausentes y no por ello muertos.
La muerte para muchas culturas es un símbolo emblemático y motivo de culto, respeto y hasta temor. En algunas culturas y en particular en la mexicana, se ha desarrollado una rica tradición de veneración, culto y con ciertos tintes de cercanía y pertenencia: los vivos y los muertos conviven de manera cotidiana.
Este culto a la muerte se extiende más allá de simples muestras de reconocimiento y respeto a los difuntos. Es parte del mismo soporte místico de la cosmogonía mexicana. Si bien, con el paso del tiempo ha ido adaptando y acogiendo otras creencias, indudablemente refleja que la vida continúa después de la muerte. Antiguamente, la muerte no tenía ningún significado moral del bien o del mal. Las ideas del cielo y el infierno fueron introducidas por la religión católica durante la evangelización. Originalmente, la muerte no implicaba en si misma un premio o un castigo, simplemente era un hecho de la vida.
Debemos de reconocer que la muerte no es restrictiva, no es tajante ni tampoco representa el final. Es simplemente un cambio que nos ayuda a recordar que no necesitamos nada a dónde vamos. Nos vamos tal cual como llegamos: con las manos vacías. Desafortunadamente, en un mundo tan materialista y egoísta, es difícil evadir el apego a los bienes mundanos. La sola idea de perder lo que tenemos nos llena de angustia y temor. Este miedo nos petrifica y nos enrola en actividades y tareas orientadas a evadir o atrasar lo ineludible: nuestro deceso. En nuestra infértil búsqueda de consuelo y evasión del cambio, nos olvidamos de la verdadera razón por la que estamos aquí: descubrirnos a nosotros mismos, encontrar un significado para nuestra existencia, perseguir nuestro propósito verdadero y provocar con ello un nivel de entendimiento más elevado que sí nos acompañará en nuestro viaje transicional.
La sabiduría antigua nos recuerda que la muerte es simplemente un cambio. Si bien las religiones modernas también suman este concepto, incorporan un elemento que transita sobre el hecho de premiar o castigar. El cielo y el infierno se hacen presentes como amenaza latente que vuela sobre las cabezas de la humanidad cuyo único propósito es el de controlarla y manipularla.
¿No es tiempo de empezar a recordar la tradición antigua y reconocer a la muerte como un cambio natural de la vida misma y no como un castigo ineludible que mientras sucede nos agobia el tránsito durante la vida en este plano físico?
¿No es momento de ver a la muerte como la lección que nos enseña que tenemos algo más importante por descubrir en esta vida que simplemente volcarnos a atesorar bienes o perseguir actitudes egoístas que no nos harán falta en nuestra siguiente etapa?
Foto cortesía de Stock.xchng: http://www.sxc.hu/
Publicado el noviembre 2, 2012 en Cambio de Vida y etiquetado en autoayuda, cambio de vida, conciencia, Entendimiento, Los 10 Hábitos de la Gente Altamente Atractiva, metas, Miedo, prosperidad, superación, voluntad, yo interior, yo superior. Guarda el enlace permanente. 1 comentario.
Siempre llegará el momento de asimilar , quizá a veces más tarde que temprano, y en la búsqueda por lo menos le puedo decir , que aprendiendo, encontré también el principio del camino para dar el primer paso,de una melancolía a la aceptación del cambio.
Estoy de acuerdo , qué tenemos algo más importante por descubrir en esta vida que simplemente volcarnos a atesorar bienes o perseguir actitudes egoístas que no nos harán falta en nuestra siguiente etapa.